viernes, 5 de abril de 2013

Crecimiento del 4% del PIB en el año 2012 y los sectores económicos de mayor éxito.


El Estado colombiano busca empujar los sectores más represados de la economía con políticas, al parecer, que garantizarán su crecimiento.

El Dane acaba de publicar noticias positivas para la economía colombiana. Según sus anuncios la desaceleración económica que se esperaba para el año de 2012 no fue tan negativa como enunciaban los anteriores reportes. Según nuevos datos y revisiones, el crecimiento del PIB para el año 2012 fue de un 4%, un aumento no tan alto pero bastante positivo de acuerdo a lo que se esperaba, según diferentes indicadores. 
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Otro de los punto a resaltar es la reducción del protagonismo del sector minero que, aunque todavía es el que más aporta al PIB, creció solo un 5,9%. Una reducción de casi 10 puntos porcentuales, respecto al año 2011. Aunque aún es el sector que más le aporta al PIB, estos datos dan a inferir que el crecimiento económico nacional se ha diversificado en otros sectores: algo positivo en cualquier economía que vea como amenaza la dependencia cada vez más de un solo producto, lo que podría causar (o esta causando) la tan temida “Enfermedad Holandesa”. 

Por otra parte, uno de los sectores que registró mayor crecimiento, después del sector anteriormente mencionado, fue el sector bancario que creció un 5,5%. En crecimiento le sigue el sector de servicios sociales y comunales con un 4,9% y después el sector de comercio, restaurantes y hoteles con un 4,1%. 

Aparte de estos reportes positivos encontramos otros sectores que no les fue también el año anterior. El sector industrial decreció en un 0,7%, sector de gran importancia, lógicamente, para alcanzar un desarrollo pleno del país. Motivos para esta desaceleración puede ser la gran cantidad de importaciones que llegan gracias a la apreciación del peso que conlleva a la baja demanda de productos nacionales y a la mayor dificultad de venta y reportes en las ganancias de estos en el mercado internacional. Las consecuencias pueden estar despejándose recién comienzos de este año, con las diferentes huelgas o demandas de este sector y sus relacionados (el subsector de los textiles y la huelga de transportadores por un combustible más barato). De este sector industrial solo el 40% reportó tendencias de crecimiento positivas, pero los demás se ven en dificultad de sostenimiento y competitividad. 

Todos estos son síntomas de la enfermedad holandesa, que según expertos economistas, puede enfrentarse, con el fortalecimiento de otros sectores, fortalecimiento de las comunicaciones para que estos productos salgan a bajo costo, un mantenimiento del salario mínimo intentando que su aumento se de en proporciones mínimas, captación de divisas internacionales comprando dólares e incentivando el consumo y la inversión recortando las tasas de interés. (Es preciso preguntarse si el crecimiento del sector bancario sea por el mantenimiento de sus tasas mientras, al mismo tiempo, el Banco de la República sigue recortándolos). 

Por último, también se ve con preocupación la desaceleración del sector de obras civiles que cayó de un 14,7% a un 4%, un poco más de 10 puntos. Este sector es primordial para la competitividad de los principales productos nacionales y el bienestar de la población. 

Como podemos ver la noticia, aún si es tomada como positiva, tiene varias aristas negativas, que puede llevar a un año 2013 mucho más desacelerado y menos animoso. Es preciso, para evitar esta desaceleración de la economía nacional, buscar un fortalecimiento por medio de la inversión de los variados sectores económicos. 





Pero se debe evitar el fortalecimiento de los subsectores que en el último año se han visto más fortalecidos, ya que el Estado actualmente le esta apostando a generar mayores beneficios a los sectores más contraídos. Por ejemplo se buscan hacer políticas de choque en el sector industrial con políticas como la reglamentación anticipada de la eliminación de los pagos parafiscales, política fiscal que llevaría a generarles más ahorro a las empresas a la hora de contratar mano de obra; también se busca crear excenciones tributarias en el pago de energía, algo que beneficiaría en gran cantidad al sector industrial que es el que más consume este servicio; al igual que se hizo hace ya más de un mes con la industria de textiles, se busca hacer políticas de subsidio en diferentes sectores industriales para generar mayor competencia frente a las importaciones que llegan mucho más baratas por consecuencia del precio del peso colombiano; y por último se buscará mayores exigencias aduaneras para los bienes que llegan a territorio colombiano: se ha pensado en mayores exigencias fito sanitarias a lo que llega y la revisión de que los precios de estas importaciones no sean generados por dumping, principal causa de la competitividad desleal en términos internacionales. 

En conclusión, podemos ver que aun si el sector industrial no está en su mejor momento, el Estado y demás empresarios se encuentran en la tarea de fortalecerlo hasta el punto que este y demás años sean los de la industria y su crecimiento. En otras palabras los inversionistas, nacionales o extranjeros, no les debería dar temor encaminar sus capitales al sector que espera niveles de crecimiento de gran importancia. 

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