martes, 24 de noviembre de 2015

La paz se hace para todos, no para unos pocos

Por: John Rojas
Gerente de Activo Legal

No se entiende por qué en un estado social de derecho que debe la protección de todos los ciudadanos, se genera una discriminación hacia algunas personas bajo la justificación de lograr la paz en Colombia: un grupo de un grupo terroristas que ha cometido centenares de delitos de lesa humanidad y otra clase de crímenes recibirá perdón por sus actuaciones dentro de un marco jurídico para lograr la paz, generando así, por parte del gobierno, un sentimiento de injusticia y de inequidad.

Adicionalmente, también deberíamos evaluar la otra población carcelaria que se encuentran pagando penas por delitos generados indirectamente por el propio Estado,  por la falta de competencia en el ejercicio de sus deberes y en generar condiciones más equitativas en educación, salud, servicios públicos. Por ejemplo esas personas que cumplen penas por delitos cometidos de alguna manera en estado de necesidad;  quien roba para comer,  o esas personas que están en las cárceles por delitos como omisión de agente retenedor. Quienes no han sido un factor preponderante de análisis para el Estado, al contrario de los que se alzan en armas y cometen delitos, quienes, estos sí, son beneficiados por una  bondad y piedad estatal. Esa bondad que va en busca de lograr la paz.

La paz se logra con equidad y justicia, pero  no solo para las “víctimas” que generaron el conflicto sino para las víctimas causadas por la ineficiencia del estado en garantizar unas condiciones mínimas para el ejercicio de sus propios derechos plasmados en la constitución. Así las cosas, creo que todos los ciudadanos debemos esperar de nuestro gobierno  la misma bondad que ejerce con un grupo terroristas. Que no sean solo los de las Farc a quienes se les den unas mejores condiciones de salud y bienestar, también a los demás presos para que puedan gozar de los mismos beneficios; asimismo, que también se les dé la posibilidad a los empresarios colombianos, generadores de empleo, de tener una amnistía de los impuestos no pagados; que exista entonces una verdadera igualdad de trato entre quienes cometen atrocidades, quienes cometen delitos por necesidad y quienes crean riqueza en el país.

Los anteriores son solo algunos ejemplos que puedo nombrar  para que el Estado entre en cordura y aplique sus beneficios a todos. De no hacerlo se  generaría  un resentimiento y un ejemplo negativo para los colombianos que hace las cosas bien. De  lo contrario se daría razón a que la solución para ser tomados en cuenta es alzarse en armas para recibir la bondad del Estado; es decir, el mensaje no debe ser que para que el Estado tome en cuenta al ciudadano se tiene que convertir en terrorista, sino que para que el estado lo tenga en cuenta en los beneficios el ciudadano tiene que hacer las cosas bien.

Por ello es que la paz no se hace beneficiando a unos pocos, sino que se ejecuta tomando en  cuenta a todos y mucho más a los ciudadanos que hacen las cosas bien y se sujetan a la ley, o por lo menos a aquellos que deben tomar decisiones reprobables por sus circunstancias particulares: dejar de pagar impuestos o quienes desafortunadamente tienen que robar para darle de comer a sus hijos. Estos no han matado, pero para ellos no hay mayor beneficio que el cumplimiento de la Ley. Para los terroristas, por el contrario, hay mucha más que bondad.


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